miércoles, 15 de junio de 2011

Algunas recomendaciones sobre el uso del Chupete o Pepe, para que no perjudique a su bebé

1.- No se debe ofrecer hasta que la lactancia materna está bien establecida.
2.- No imponérselo al bebé si éste demuestra desagrado (náuseas) o lo echa afuera. No es necesario acostumbrarse al chupete.
3.- Usarlo sólo cuando no es posible tomar al bebé en brazos y consolarlo con nuestro contacto.
4.- Lavar y esterilizar el chupete o pepe a menudo, ya que puede ser fuente de infecciones como los hongos o cualquier otra bacteria.
5.- Jamás sujetarlo con cintas o cadenas al cuello, pues existe riesgo de asfixia. Es mejor que esté suelto. O bien sujeto con cadena de plástico a la ropa.
6.- Cambiarlo a menudo, pues los chupetes se deforman.
7.- Usarlo lo menos posible y suprimirlo antes de los 2 años, para evitar deformaciones de la boca y los dientes.

¿Para qué sirve el chupete? ¿Es tan necesario su uso?

Podría decirse que, desde siempre, se ha utilizado alguna forma de "chupete" para consolar y tranquilizar a los bebés. Hay bebés que lo aceptan mejor que otros. Algunos bebés no necesitan succionar nada para relajarse. En cualquier caso, la mejor forma de tranquilizar al bebé es tomarlo en brazos.

10 errores de madres primerizas.... como evitarlos

Las mamás primerizas pueden cometer errores por falta de información o por exceso de celo. Te contamos algunos de los más comunes.



1.- Esterilizar todo hasta que el bebé cumple un año
Una buena higiene en los bebés es fundamental, sobre todo durante las primeras semanas de vida, pero no hay que obsesionarse. Lo que hay que intentar es que sus objetos estén bien limpios para que el bebé entre en contacto con un número determinado de bacterias que le ayuden a desarrollar sus propias defensas, pero no las suficientes como para que le provoquen una infección. Otra cosa son los niños prematuros, con ellos hay que extremar la higiene, sobre todo las primeras semanas de vida. 

2.- Abrigarle demasiado
Los recién nacidos tienden a enfriarse, pero si les abrigamos demasiado sudan mucho. Además, se ha comprobado que aumenta el riesgo de asfixia y muerte súbita. Si la temperatura de la casa ronda los 20-22º el niño puede estar vestido con un body y un pelele entero de algodón, que le cubra los pies. Podemos saber si tiene frío si sus manos y pies están fríos o un poco amoratados. En ese caso conviene abrigarle más. Si suda por la parte del cuello y la cabeza, es que tiene calor y le quitaremos algo de ropa.


3.- Mantener toda la casa en silencio cuando duerme de día
Si mamá también aprovecha ese ratito para dormir y descansar, estupendo, pero si no, no es aconsejable hacerlo. Al cumplir el mes y medio, los patrones de sueño del bebé empiezan a relacionar los ciclos de luz-oscuridad y el pequeño está más predispuesto a dormir más tiempo por la noche. Por eso debe percibir la luz del sol y habituarse a los ruidos cotidianos de la casa durante las siestas para saber cuándo es de día. Además, si hay un silencio absoluto cuando el niño duerme, cualquier ruido le sobresaltará. Parar la actividad del resto de la familia durante el sueño del bebé no es bueno ni para el niño, ni para los padres.

4.- Bañarle todos los días
Los pediatras aseguran que con bañar a los bebés dos o tres veces a la semana es suficiente. Sobre todo en los que sufren dermatitis atópica, puesto que el manto graso de la piel se altera con el baño y pueden empeorar los síntomas. Si después de cada cambio de pañal limpiamos bien al bebé con una esponja y le lavamos las manitas no es necesario usar la bañera a diario, y menos usar jabón (aunque sea muy suave) salvo que al pequeño le relaje el contacto con el agua calentita para dormir. Eso sucede cuando el bebe sufre de enfermedad en su piel.

5.- Meterlo en nuestra cama cuando no quiere dormir en la cuna
No es recomendable, ya que se corre el riesgo de quedarse dormida con el bebé debajo del cuerpo y aplastarlo o asfixiarlo. Por eso no conviene acostar al bebé en la cama, salvo en alguna circunstancia especial o, por ejemplo, para darle el pecho por las noches.

6.- No dejar que nadie le toque o le cargue.
El miedo a que alguien enfermo contagie al niño si le besa o le coge en brazos es muy común en todas las madres, sean o no primerizas. Sin embargo, es de sentido común saber que si alguien está enfermo, no debemos llevar cerca de esa persona al pequeño para evitar contagios. También es normal que no queramos que le cojan desconocidos. Si la persona es sensata, no tiene por qué ofenderse.

7.- Cambiarle de pecho antes de que termine
La leche del final es la que más alimenta y sacia porque tiene más grasa que la del principio. Una vez que el bebé ha terminado (se sabe porque el pecho que acaba de soltar está completamente blando) se le pasa al otro pecho. Si el niño es muy pequeño es posible que se sacie enseguida. En ese caso hay que iniciar la siguiente toma por el pecho que no tomó o que tomó en segundo lugar. Para establecer una lactancia adecuada debe mamar y vaciar ambos pechos.

8.- Raparle la cabeza para que le crezca el pelo más fuerte
Los dermatólogos no recomiendan hacerlo, primero porque no es cierto que el pelo crezca más fuerte: crece exactamente igual. En segundo lugar, porque si el bebé es muy pequeño es posible que, al desaparecer el pelo, pierda calor corporal por la cabecita. Las características del pelo del bebé no serán definitivas hasta pasado su primer cumpleaños y dependen de su herencia genética.

9.- Hacer caso solo de la abuela (y pasar del pediatra)
Los tiempos cambian y lo que hace 30 años era ideal para los bebés, hoy ya no se recomienda. Aunque a veces echemos mano de la experiencia y sabiduría de nuestra madre, el pediatra es la persona que más conocimientos tiene sobre lo que es adecuado o no para nuestro hijo. En principio no deberíamos dudar de sus recomendaciones, ni sustituirlas por otras.

10.- Hacerse la fuerte
·         Afrontar un parto e inmediatamente después el cuidado de nuestro hijo requiere un enorme esfuerzo físico, mental y emocional. Es normal que existan bajones en los que la madre cree que no puede con todo.

Desarrollo del bebé


Uno de los momentos más intensos para una madre es el nacimiento de su bebé.
Después de nueve meses de embarazo los padres por fin conocen su carita. ¿A quien se parece: a papá o a mamá? Esta es una de las preguntas más habituales entre los familiares que visitan por primera al recién nacido en el hospital.
Para los padres, se inicia una nueva etapa, una nueva vida. Poco a poco se tiene que adaptar a nuevas rutinas relacionadas con el bebé: su alimentación, el cambio del pañal, el baño. Y las preocupaciones más comunes de los padres están relacionadas con el sueño  del bebé recién nacido.


Que precauciones debes tener para que tu bebé nazca sano?

Debes de tener especial cuidado en el primer trimestre de embarazo ya que es en este período en el que se forman los órganos principales del feto, incluido el cerebro.
Además de una alimentación sana y equilibrada, debes evitar el consumo y la exposición a sustancias y agentes perjudiciales como el tabaco, el alcohol, la cafeína, los medicamentos y los rayos x, durante todo el embarazo.